Ojalá nunca nos acostumbremos

Sarah Churman nunca olvidará el día en que escuchó su voz con claridad por primera vez. Nació con una severa sordera y aprendió a hablar a través de terapias de lenguaje y leyendo los labios. Si bien usó aparatos para oír mejor desde los dos años, siempre los sonidos los percibía como si se encontrara bajo el agua. Pero hace muy poco tiempo todo cambió cuando le colocaron un implante. Este video lo grabó el esposo de Sarah:

He visto el video al menos 10 veces, pero no dejo de emocionarme cada vez que lo veo. Y aunque las imágenes hablan por sí solas, les dejo la traducción por un motivo muy importante 🙂

Asistente: Aquí vamos…

Asistente: En este momento tu aparato está encendido. ¿Lo puedes notar?

(Sarah rompe en llanto)

Asistente: Es emocionante… Puedes bajar el control por un momento, para que te acostumbres al sonido.  ¿Cómo suena todo?

Sarah: No quiero escucharme llorar.

Asistente: ¿Puedes escucharme? ¿Puedes escuchar tu voz? ¿Tu voz suena muy alta?

Sarah: Hmm…no…realmente no. Mi risa sí se siente alta.

Asistente: Está bien, te vas a acostumbrar a todo esto con el tiempo.

Ojalá Sarah nunca se acostumbre.

Ojalá nosotros nunca nos acostumbremos al milagro de oír.

Ojalá todos los días al despertar y escuchar los primeros sonidos de la mañana sintamos la alegría, el asombro y el agradecimiento de Sarah.

Ojalá siempre escuchemos el mundo como si lo estuviéramos haciendo por primera vez.

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